Ni siento , ni padezco

Son tantas veces, tantas decepciones, que ya ni siento ni padezco, que ya me da igual, me he aconstumbrado a depender de ti, a que seas mi vicio de la mañana, de la tarde y de la noche, mi vicio semanal, diario, y de fin de semana. Te creo sin quererlo, siempre digo que jamas creeré ninguna de tus palabras, pero mi mente actua de otra forma, sin darme cuenta ya estoy detrás de ti otra vez, como ese niño que tiene miedo de que un coche le pille su pelota cuando se va hacia la carretera. Esto es una rutina, una rutina que coji desconfiado, que coji con miedo a aconstumbrarme, y que una vez aconstumbrado, me gusta.